LAS CIFRAS DEL EMPRENDIMIENTO EN ESPAÑA

Escrito por César Martinez. Publicado en Diciembre 2019

El emprendimiento es uno de los sectores más en auge en España y en todo el mundo. Cada vez resulta más habitual ver a jóvenes españoles iniciando sus nuevos proyectos y creando riqueza y empleo. No obstante, montar una startup en España sigue siendo más complicado que en otros países.

La edad media del emprendedor en España se sitúa en torno a los 38,4 años. Una media que, en los próximos años, irá bajando por la irrupción de más jóvenes emprendedores. Precisamente, el 35% de los menores de 30 años en la actualidad se verían emprendiendo un negocio por su cuenta. El 60% de los mismos son hombres.

La media en el gasto mínimo para iniciar una startup se sitúa entre los 4.000 y los 5.000 euros. Para obtener este capital, el 45% de los emprendedores lo ha hecho a partir de inversores privados o públicos, el 28% a través de ahorros personales, el 10% a dinero prestado por amigos y familiares y el 9% a partir de créditos en entidades privadas.

Casi el 50% de estos emprendedores en España tienen formación universitaria. A pesar de esto, esta cifra quizás comience a remitir, ya que hay muchos jóvenes que piensan que no es necesario disponer de una titulación de este tipo para iniciar un negocio. No obstante, la formación sí que resulta una pieza clave que puede ayudar en el desarrollo de un proyecto laboral.

Un reciente estudio asegura que las ciudades españolas con mejores condiciones para el emprendimiento son Madrid, Barcelona y Valencia. Una vez situadas, las startups españolas desean iniciar un proceso de expansión en sus negocios, un salto internacional que les lleve a mercados como el de Estados Unidos, Alemania, Australia y el Reino Unido.

LOS OBSTÁCULOS PARA EL EMPRENDIMIENTO EN ESPAÑA

La tasa de actividad emprendedora en España está situada en el 6,4%, aún por debajo del promedio europeo (8,4%). Las razones de esto hay que buscarlas en una serie de obstáculos que se hallan los emprendedores para poder iniciar sus proyectos.

El primero y más importante de todos ellos tiene que ver con la financiación. Los instrumentos de financiación tanto públicos como privados siguen siendo escasos en nuestro país. Como hemos visto anteriormente, muchos son los que inician un proyecto a partir de ahorros personales o dinero prestado por amigos y/o familiares.

A todo esto hay que señalar que la falta de financiación, unida a los altos impuestos, son los dos principales motivos por los que muchas empresas de nuestro país tienen que cerrar sus puertas. La mayoría de ellas lo hacen incluso apenas después de llevar menos de dos años en funcionamiento.

Otro de los principales obstáculos con los que se encuentran los emprendedores son las políticas gubernamentales. En España sigue existiendo un exceso de burocracia, unos impuestos muy elevados y una regulación diferente, dependiendo de cada comunidad autónoma, que echa por tierra el trabajo de muchos jóvenes autónomos.

Hay que destacar también las normas sociales y culturales como motivo para el no emprendimiento. Es muy necesario que exista en nuestro país un cambio social para que la cultura emprendedora cale más entre los jóvenes. Apostar por un empleo propio sigue siendo motivo de escepticismo para muchos.

Precisamente, los expertos en economía sugieren que en todas las etapas del sistema educativo se oriente a los jóvenes hacia una cultura emprendedora. Esto es algo que sucede con bastante éxito en otros países como Estados Unidos o Alemania, en donde el concepto de negocio propio o emprendimiento no resulta tan descabellado como aquí.

En definitiva, y a pesar de que estamos asistiendo a un crecimiento empresarial en nuestro país en los últimos años, aún queda un buen camino por recorrer. Hace falta que los potenciales emprendedores se encuentren con un camino más llano y más oportunidades para desarrollar su negocio.

Mientras sigan encontrando problemas en materia de financiación o en términos de burocracia, España no conseguirá alcanzar la media en la tasa de actividad emprendedora en Europa. Nuevas políticas de financiación y un empuje en la cultura emprendedora pueden ser algunas de las posibles soluciones.