POR QUÉ FRACASAN LAS EMPRESAS DEL ESTADO

Escrito por Microfinanzas. Publicado en Enero 2021

LEYENDA: El drama es que en el Perú las empresas del Estado han servido para el clientelismo político, de caja chica para pagar favores y para la corrupción".

Por: Jorge Solís Espinoza*
La noticia del gasto de S/. 8.76 millones para promover la nueva imagen de PETROPERÚ en consultoría, servicios en agencias publicitarias, para cambiar el logotipo e implementación de la nueva imagen en estaciones asociadas a la empresa, lindan con la estulticia y el despilfarro, sobre todo en tiempos de austeridad por la coyuntura económica y social, no pasaría de ser un repudiable hecho anecdótico, si no fuera una constante en el manejo de la cosa pública.
Entonces surge la pregunta ¿Por qué fracasan las empresas del Estado? Acaso El estado es un mal empresario. En principio el Estado es un abstracto, per se.
No puede ser bueno ni malo, son las personas las que gestionan las empresas. El drama es que en el Perú las empresas del Estado han servido para el clientelismo político, de caja chica para pagar favores y para la corrupción.
A propósito de PETROPERÚ, a pesar de contar con ingentes recursos, no ha podido modernizar la refinería de Talara, como y donde se invirtieron sus ingresos. El MEF acaba de autorizar a la empresa a concertar una operación de endeudamiento, sin garantía del gobierno nacional, a través de la emisión de bonos por US$ 1,000 MILLONES, destinada a financiar parcialmente en proyecto de la modernización de la refinería de Talara, lo que significa tomar más deuda. La obsolescencia de la empresa se debe a una atávica deficiente gestión.
Como regla general en un país con instituciones políticas débiles, poderes mediatizados y corrupción estructural, las empresas del Estado no funcionan, salvo honrosas excepciones, por su modelo empresarial.
El Estado debe cumplir un rol promotor del desarrollo de la economía, siendo su rol y participación esencial en salud, educación y prevención social en coparticipación complementaria con otros modelos previsionales; debiendo como norte la construcción de un Estado de bienestar, la misma que debe soportarse en una economía social de mercado inclusiva, que cierre las brechas de desigualdad.
No es bueno más Estado, lo que se requiere es más presencia del Estado; los modelos de Estado intervencionistas, elefantiásicos no han funcionado. Apostamos a un Estado robusto, eficiente, meritocrático, con sentido de equidad y justicia.
La Constitución Política define el modelo económico con ECONOMIA SOCIAL DE MERCADO; lo que falta es conceptualizarlo como una ECONOMIA SOCIAL DE MERCADO INCLUSIVA, no necesitamos cambiar nada, ese carácter lo definen las políticas públicas.
* Presidente del Directorio de Caja Huancayo y Expresidente de la FEPCMAC